Manipulación Psicológica
La manipulación Psicológica como proceso.
El objetivo principal de la MP es atacar al yo para desestabilizar el sentido de sí mismo que pose e toda persona socavando su consciencia de la realidad, sus creencias, su control emocional y sus mecanismos de defensa; es un proceso psicológico sutil de desestabilización y dependencia inducida (Singer, 2003).
Este objetivo implica un proceso , no resulta de un acontecimiento de un solo paso, sino que es un procedimiento gradual de abatimiento y transformación.
Las técnicas de un proceso de MP están organizadas para:
Desestabilizar el sentido de sí misma de un apersona.
Conseguir que la persona reinterprete drásticamente su historia, altere de manera radical su cosmovisión y acepte una nueva visión de la realidad y la causalidad.
Desarrollar en la persona una dependencia respecto de la organización y, de esa manera, covertir a la persona en un objeto utilizable.
Las técnicas de manipulación psicológica (MP):
A continuación vamos a relatar varias de las técnicas clásicas utilizadas en este tipo de grupos pero no serían la única clasificación, también puedes visitar nuestra página de grupo de abuso para conocer las técnicas de persuasión coercitiva.
Las técnicas de MP, varían según el tipo de grupo del que se trate. En todos los casos y en la base de todo tipo de proceso de captación y de MP lo que se conoce como “proselitismo engañoso”, es decir, a la persona que va a ser influenciada nunca se le dicen los verdaderos fines que el grupo persigue; estos le son escondidos y se le somete a lo que se conoce como “desvelamiento paulatino de la verdad” , al nuevo adepto se le dice que en futuro se le van a ir aclarando la dudas, a que va a ir adquiriendo nuevos “niveles de conocimiento”, a la vez que se le va desvelando esa nueva verdad, la persona va siendo sometida a todo un proceso de manipulación a partir de técnicas específicas que ahora vamos a detallar. (Baamonde, 2003).
Paternalismo benevolente. En los contactos iniciales, el influenciador, es decir, aquél que llevará adelante el proceso, se presenta frente a la persona a captar con un carácter paternalista y benevolente. De esta manera logra genera una corriente afectiva con a persona a influenciar. Al generarse esta corriente afectiva, la angustia desciende y la persona comienza a desahogarse.
Estatus de Superioridad. Este paternalismo benevolente que se registra en los contactos iniciales se une a un estado de superioridad que coloca al influenciador por encima de la persona a influenciar. Dicho estado de superioridad queda manifestado por los títulos que el influenciador se atribuye y que le son reconocidos por sus seguidores, títulos tales como gurú, maestro, vidente, parapsicólogo, avatar, etc.
Confesiones íntimas. El influenciador procurará que en su desahogo, la persona haga confesiones íntimas, minimizando algunos problemas y sobrevalorando otros; se empiezan así a relatar hechos de la vida personal, lo cual baja el nivel de angustia y refuerza la sensación de ser atendido y querido por otra persona con cierta ascendencia y conocimiento. Asimismo, a través de estas confesiones, podrá contar con elementos concretos para luego presionar en el resto del proceso. Pero sobre todo le interesará saber cómo es la familia del sujeto, qué nivel de ingresos tiene, con quién se lleva mejor y con quién peor, cuáles son sus fantasías ideales y logros, y sobre todo le va a interesar saber cuáles son sus temores, frustraciones y fracasos.
Love bombing (bombardeo de amor). Después de los contactos iniciales lo invitará a pasar unos días en una “colonia”, “campamento, “retiro” o a realizar algún “curso”. No hay gran diferencia, sólo que en el curso, el proceso se demora un poco más, pero básicamente es similar. Apenas ingresa en el curso o en la colonia, es recibido por toda la comunidad de una manera muy afectuosa, muy cariñosa, sometiendo a la persona a un verdadero bombardeo de amor.
Padres espirituales. Al ingresar le es asignado un “padre” o una “madres espiritual, un “guía” u “orientador”; en algunos movimientos los llaman “ángeles de la guarda. Estos tienen por objetivo no dejar ni a sol ni a sombra a la persona a influenciar, seguir provocando confesiones íntimas y dar respuesta a toda pregunta que el sujeto pudiera hacer.
Respuestas simplistas y maniquesas. Toda pregunta que la persona a influenciar pueda hacer, es despachada con respuestas simplistas, reduccionistas, que no llevan más de veinte palabras y, en consecuencias, son fácilmente memorizables. Estas respuestas también se caracterizan por su fuerte contenido “maniqueo” y “dialéctico”, dividendo radicalmente al mundo en dos: todo lo bueno está dentro del grupo y todo lo malo fuera de él.
Control de la información. Toda la información proveniente del mundo exterior pasa previamente por un tamiz, cuando no es suprimida totalmente o reinterpretada según las creencias particulares del movimiento.
Control del tiempo. Prácticamente no existe el tiempo libre. La persona pasa largas horas escuchando sermones, conferencias, cantando canciones, leyendo o recitando “mantras” (oraciones orientales). El sujeto que recita estos mantras pierde paulatinamente la notición del tiempo y el espacio entrando en un estado confesional y adormeciendo, en consecuencia, la capacidad de pensamiento lógico y análisis crítico. Todo el proceso de MP va a estar orientado a anular estas capacidades para alcanzar un estado de confusión (Baamonde,2003).
Trabajos agotadores, escaso descanso y alimentación pobre. En los periodos restantes es omitido a trabajos de gran esfuerzo físico; pocas horas de sueño, que no alcanzan para recuperarse completamente; una alimentación generalmente pobre en complejos vitamínicos y proteicos, pero muy rica en energizante, lo que genera falsa sensación de energía, cuando ocurre todo lo contrario, y el cuerpo se debilita rápidamente.
Utilización de drogas. Aunque no es lo más frecuente, algunos grupos utilizan drogas o mezclan psicofármacos en los alimentos de tal manera que alteran directamente el funcionamiento normal del sistema nervioso central provocando trastornos de consciencia.
Sesiones de escucha. La persona a influenciar es sometida a largas horas de sermones, conferencias, grabaciones con cánticos o discursos del líder del movimiento y también a la lectura del material bibliográfico del grupo.
Atrofiamiento de la identidad, memoria y pautas de vida anteriores. Paulatinamente y merced a diversas técnicas se busca un atrofiamiento paulatino de estas capacidades. El atrofiamiento de la identidad se ve favorecido por el cambio de nombre que no pocos movimientos exigen en sus miembros; el de la memoria se logra a través de técnicas de inducción al trance e hiperventilación; y el de pautas de vidas anteriores, ofreciéndoles la posibilidad de conseguir grandes logros o ideales heroicos, pero que sólo podrán alcanzarse si ejercen primero “renunciamientos”.
Renunciamientos progresivos. Para el logro de las metas propuestas por el movimiento o grupo, es frecuente que se exijan diversos renunciamientos que, a su vez, refuerzan la dependencia hacia el grupo. De esta manera, progresivamente, se le inducirá a renunciar a los estudios, al trabajo, a las amistades y a la propia familia, ya que todo debe estar subordinado al grupo.
Testimonios de Terceros. Esta es una de las técnicas más utilizadas y es donde también juegan un papel importantísimo los datos que se recabaron en esas “confesiones íntimas” realizadas en los contactos iniciales. De esta forma integrantes del grupo de manera aparentemente espontánea presentan testimonios con problemáticas muy similares por las que atraviesa la persona a influenciar. Dichos testimonios culminan con la manifestación de que sólo encontraron solución a sus problemas dentro del movimiento y gracias a él.
Confesiones públicas. En estos casos los testimonios asumen un carácter expiatorio y, generalmente, van acompañados con relatos donde se detallan las consecuencias que les acarrearon las “desobediencias” o “traiciones” a las normas que sostiene el grupo. Se observa asimismo, como rasgo característico de las consecuencias, que estas son frecuentemente de tipo mágico y con una clara lógica de correspondencia.
Inducción a crisis. Estas son unas técnicas muy utilizada en grupos. Mediante la misma se induce en los miembros una crisis de tipo histérica que, amén de fuertes estados disociativos, confusionales, provoca una serie de reacciones psicopsisiológicas que pueden llevar a síndromes de anestesia sensitiva, los cuales son reinterpretados dentro del movimiento como “sanaciones” o “sanaciones milagrosas”.
Repaso de las mejoras. Periódicamente se lleva a cabo un repaso sistemático de todas las mejoras registradas por la persona, haciendo especial hincapié en que fueron logradas merced a la voluntaria inserción en el grupo y que sin el mismo, jamás habrían sido posibles.
Código comunicacional específico. También es frecuente la utilización de un lenguaje particular, solo entendido por los integrantes del movimiento. Esto genera un efecto psicológico de “elegidos” y , sobre todo, “distinto” al resto de la sociedad ahondando aún más en la separación y aumentando la dependencia con el grupo.
Peyoritivación y denigración de disidentes. El carácter despectivo con el que es teñido todo lo ajeno al movimiento y la denigración constante de los que abandonaron o no desearon ingresar, es también un elemento clave para el reforzamiento constante de ese sentimiento de “elegidos y privilegiados”, a la vez que va generando fobias hacia el posible abandono del movimiento en cuestión.
Realización de acciones valoradas por el grupo. Al acercarse a la finalización del proceso básico de MP, se le suelen dar a la persona tareas ampliamente valoradas por el grupo.
La MP la tenemos que ver como una espiral que va sujetando al adepto cada vez más. Esta espiral nace con los llamados “contactos iniciales” donde comienza la MP y finaliza en un punto donde todo ese proceso se autoalimenta (Baamonde, 2003); el ingreso en el grupo. Dentro de éste la sujeción es cada vez más fuerte hasta llegar a la ya expuesta “fobia al abandono del grupo”.